Esta tendencia se inspira en la calidez y serenidad de los tonos naturales, como los marrones, beiges y terracotas. Los colores tierra aportan una sensación de acogimiento y conexión con la naturaleza, siendo perfectos para crear espacios equilibrados y tranquilos. Utilizando materiales como la madera, piedra y textiles naturales, este estilo refleja una estética orgánica y atemporal.